El día 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999.

ANTARIS quiere aprovechar este día para reivindicar su posicionamiento abolicionista.  Se considera la prostitución como un exponente de la violencia de género y sólo puede analizarse desde la perspectiva de la historia de la desigualdad entre hombres y mujeres.

Tal y como indica Ana de Miguel, la prostitución es una escuela de desigualdad; funciona como una institución social que enseña y refuerza roles desiguales: el hombre como sujeto de deseo con derecho a satisfacerlo y la mujer como objeto disponible, lo que normaliza la cosificación femenina y dificulta la construcción de relaciones sexuales igualitarias. Contribuyendo a perpetuar la trata de personas, la explotación sexual, y otros abusos que se sustentan en la demanda masculina.

El foco de atención y el debate no debe centrarse en el consentimiento de las mujeres prostituidas, casi siempre condicionado por la vulnerabilidad, sino en el prostituidor y en la ideología que legitima su derecho a comprar cuerpos femeninos.

La postura abolicionista,  considera que solo desmontando la institución de la prostitución, se puede avanzar hacia una verdadera igualdad entre géneros.

En nuestro país, la prostitución es alegal. El proxenetismo está parcialmente penado, pero hay vacíos legales: es legal lucrarse de la prostitución ajena si no hay explotación “directa”. La trata con fines de explotación sexual está penalizada, pero se analiza como fenómeno separado de la prostitución. Aunque el Gobierno se ha declarado abolicionista, no hay una ley en vigor ni una estrategia estatal.

Por otro lado, en enero de 2025 se aprobó la nueva clasificación nacional de actividades económicas (CNAE-2025), que incluye la “prestación y concertación de servicios sexuales” como actividad a computar en el PIB. Utilizar esta terminología implica que la sexualidad puede ser objeto de transacción económica, contribuyendo a la normalización de la explotación sexual (términos ya utilizados en el anteproyecto de Ley de Trata).

En la misma línea estaría el documento Eurostat (guía metodológica de la Unión europea que orienta sobre como contabilizar actividades ilegales en las cuentas nacionales) donde se incluyen la “planificación de servicios vinculados a la prostitución” y la “administración de locales destinados a esta actividad”, al reconocer su existencia como actividad económica se podría abrir la puerta a su regulación.

Por otro lado, las plataformas digitales de contacto,  sugardanting, OnlyFans… son una puerta de entrada a la prostitución. La falta de leyes y control por parte del Estado facilita que las chicas jóvenes sean introducidas en el circuito de explotación sexual bajo la apariencia de emprendimiento digital y libertad individual. Convirtiendo la inacción del Estado en complicidad.

Para tener mas información se recomienda la lectura del informe elaborado por la Federación de Mujeres Jóvenes titulado OnlyFans, un espacio blanqueado del negocio del sexo, perteneciente al Observatorio de violencias sexuales contra mujeres jóvenes. https://mujeresjovenes.org/wp-content/uploads/2024/05/Informe-Onlyfans_Federacion-Mujeres-Jovenes.pdf

 

Por todo ello  solicitamos la aprobación de la Ley Orgánica Abolicionista del Sistema Prostitucional (LOASP) redactada por el movimiento feminista y presentada ante el gobierno. https://leyabolicionista.es/