ANTARIS en el 8M (Día Internacional de la Mujer), reivindica la participación plena de las mujeres en la sociedad. En el extremo más alto, conseguir romper el “techo de cristal” y llegar a puestos de liderazgos que sirvan de referentes. Pero sin olvidar que no todas las mujeres están en la misma posición social, ni que existen diferentes realidades dentro del colectivo de mujeres. Y es por eso que queremos incidir, y poner el foco de atención, en las mujeres que atendemos en nuestros programas y acompañamos a diario.

En estas mujeres se unen las desigualdades generales que sufrimos todas las mujeres de forma estructural por el patriarcado, pero, además, las mujeres con conductas adictivas se enfrentan al rechazo de su entorno por incumplir con los mandatos de género tradicionales, lo que se traduce en menos apoyos familiares y sociales que los varones con los mismos problemas y un estigma social que dificulta el acceso de estas a los recursos asistenciales. Muchas de ellas sufren de exclusión social severa al unirse otros factores como pobreza, paro o empleos precarios, falta de vivienda, responsabilidades familiares, brecha salarial y pensiones insuficientes (feminización de la pobreza), situaciones que afectan a la salud, bienestar físico, psicológico y emocional de las mujeres

ANTARIS es fiel al compromiso feminista en la lucha contra las desigualdades que sufren las mujeres en todos los ámbitos, pero en este 8 M, nuestro apoyo más firme, es para las mujeres con trastornos adictivos.  Queremos que la culpa o la soledad (derivada de la socialización por género) no retrasen la petición de ayuda para acceder a los programas o recursos más adecuados para su situación.

También nos unimos a UNAD (Red de Atención a las Adiciones) en su reivindicación para que se  creen más recursos específicos para mujeres con problemas de adicciones, y que los equipos que las atiendan tengan formación en perspectiva de género.