El Centro de Encuentro y Acogida Antaris de Sevilla fue creado en 1996 para trabajar específicamente la reducción de riesgos y daños desde la Red Pública de Adicciones, ya que entonces no existían recursos especializados. En el segundo Plan Andaluz de Drogas se instaura este programa dentro de la Red Pública de Andalucía.
Este centro está destinado al desarrollo de programas de reducción de daños y disminución de riesgos para personas con problema de adicción que no deseen o no puedan abandonar el consumo. Prevalecen las intervenciones orientadas a disminuir los daños provocados por las conductas adictivas, así como facilitar información y orientación sobre las consecuencias del consumo, las formas de consumo menos perjudiciales y el acceso a los recursos de atención.
En el CEA se ha puesto en marcha desde febrero de este año un nuevo programa de Prácticas Restaurativas. Con este programa se pretende proporcionar a las personas participantes herramientas y estrategias para resolver conflictos de forma resolutiva, pacífica y dialogada. Además, se fomenta la cohesión grupal a través del empoderamiento personal, creándose y fortaleciéndose vínculos entre las personas.
Las Prácticas Restaurativas son metodologías que potencian el capital social de las personas, al fomentar la tolerancia, el conocimiento mutuo, la convivencia pacífica, la responsabilidad y la prevención y resolución pacífica de conflictos. Tienen un enfoque proactivo, preventivo y reactivo. Con estas prácticas innovadoras se incrementa la cohesión social, promoviendo una sociedad activa y solidaria, mediante el fortalecimiento de las redes de capital social de las personas en riesgo o en situación de exclusión social.
No es un requisito fundamental que haya un conflicto en la entidad, ya que este programa se desarrolla a través de talleres y actividades recogidas en el Plan de Intervención donde se practican principalmente las técnicas de la mediación y los círculos restaurativos. El trabajo grupal a través de talleres es un elemento clave para el cambio de prácticas o usos en los programas de reducción del daño.
Desde la puesta en marcha del programa de prácticas restaurativas en el recurso, la acogida de las personas que participan ha sido muy positiva. Gracias a su metodología activa y participativa las personas se sienten protagonistas en estas sesiones, donde expresan miedos, inquietudes, pensamientos… No obstante, debido a la crisis sanitaria producida por el COVID-19 se han dado limitaciones en la ejecución de las actividades, realizándose talleres con un número limitado de personas (máximo 5 personas) e incluso intervenciones restaurativas individuales.
Los beneficios más importantes que han tenido las personas usuarias tras participar en el programa residen en el área social, donde se ha producido una repercusión positiva en sus relaciones interpersonales, fortaleciéndose éstas y reduciéndose los conflictos generados entre las personas que acuden al recurso.